La instalación tiene la intención de generar al espectador la emoción
“in situ” de lo que significa pertenecer a la comunidad de una escuela estatal.
Como cayendo de un reloj de arena, imágenes universales de la escuela
pública irán generando nuestros propios recuerdos, los de nuestra propia
historia. Se suceden así una campana, los “palotes” sobre un renglón, un nombre
bordado, una goma atada a la cartuchera como quien quisiera atar esos recuerdos
a la frágil memoria aturdida por el movimiento y el ruido cotidiano…
Pongámonos el guardapolvo blanco, reafirmemos nuestra pertenencia y
recorramos el aula con la convicción de querer que permanezca siempre abierta.
Bibiana
Rojas.